Qué grande el 11 de febrero. Los nervios, la inseguridad, el saber que la idea es buena pero que no sabes al apoyo que recibirás, pues bien todo quedó liquidado a las 20:00 del 11 de febrero. Ese viernes los ´Caballas´ tenían una cita importante con su ciudad y con la historia. En una tierra con más de ochenta mil habitantes y dos culturas mayoritarias hacía falta un proyecto socio-político que lograra conbatir con los que se aprovechan del miedo a lo ajeno para rascar votos. Dos culturas muy iguales, con intereses semejantes, que ven como se las separa sin razón ni cordura.
Los políticos se llenan la boca hablando de convivencia e integración. Se sienten con la conciencia tranquila con cuatro actividades multiculturales que al final tienen que llenar a base de telefonazos y favores. Pero como dijo mi compañero, Alberto Núñez, la convivencia y la integración dio un paso hacia lo que debe ser en el futuro el pasado viernes en el Hotel Tryp. Daba igual que fueras cristiano, musulmán o ateo. Que te llamaras Mohamed o Rosa. Personas con esperanza querían escuchar y ver como el proyecto de Caballas era como habían oido. Sí esas ganas, de crear una Ceuta rebosante de oportunidades y riqueza cultural podría ser realidad. Pues sin que se llegase a Gobernar ya pudieron presenciar la riqueza echa en acto.
Más de 600 personas dispuestas a levantar la bandera de Ceuta, la de todos y todas. De acabar con los ´Caciques´ que siguen apretando al más débil para enriquecerse. La de los aprovechados/as que se acercan al poder, los que se creen que nuestra Ceuta es suya. Y qué equivocados/as están. La marea de Caballas acaba de comenzar y si la muestra del viernes podemos seguir extendiéndola en ilusión y esperanza a nuestra sociedad mi futuro y el de mis allegados y ¿porqué no?, de mis hijos o hijas, algún día podré decir con toda la objetividad que exista, este es mi pueblo, el pueblo de todos y todas.
