domingo, 21 de octubre de 2018

Lo que es y no se quiere creer


En los últimos días, la sociedad de Ceuta, ha respirado un ambiente de consternación por las declaraciones de la vicepresidenta segunda de la Asamblea, Mayda Daoud, que en un programa de Telecinco, "España mirando a la Meca", declaró que "Ceuta era racista en sí misma". 

Muchas personas se han sentido insultadas por varios motivos. El primero, por que a nadie le gusta ser señalado, y si encima es cierto, peor. El segundo por que se comete el error de analizar una situación general, utilizando valores estrictamente personales, lo que conlleva a no ver más allá de su propia realidad. Y si a todo ésto se le une el amor que pueda tener por una Ciudad, se genera dicha indignación. 

Las personas que se han sentido insultadas por calificar de racista a la Ciudad deberían hacer un ejercicio de reflexión sobre la realidad actual y estoy seguro de que se darían cuenta del avance, ya público y sin tapujos, de un pensamiento racista, clasista y aporófobo de una buena parte de la sociedad que intoxica a la velocidad de la luz, cada vez a más personas. No se puede discutir lo que ocurre en determinadas redes sociales con asuntos que afectan a la inmigración, a los MENA o aspectos culturales que a veces se mezclan con la iniciativa política, cómo podrían ser las reclamaciones del Ramadán como día festivo en nuestra Ciudad.

Cuándo alguien se indigna, está en su derecho de hacerlo, pero antes de hacer una manifestación pública debe analizar, sin prejuicios, aspectos importantes como el contexto de las declaraciones, la motivación de la misma (la oleada de insultos y odio hacia ciertas personas, culturas o religiones) y lo que somos capaces de percibir en espacios públicos dónde las personas opinan. Si uno lo hace, como manifiesto, con un mínimo de rigor, podrá disentir en algunos matices de las declaraciones de Mayda, pero debe reconocer que Ceuta sufre un "tufo" racista, clasista y aporófobo preocupante y arraigado desde hace demasiados años. La manifestación pública en un espacio abierto y libre puede servir para poder percibir el "pulso" social de una Ciudad. Es por ello, que no se puede ignorar los comentarios de demasiadas personas que han sobrepasado la línea de una mínima tolerancia. 

Una cuestión sí es cierta, quizás el espacio que Mayda utilizó para dicha declaración, no era el más acertado por la intención sensacionalista del programa. Y quizás tampoco es acertado generalizar, ya que al igual que los "racistas, aporófobos y clasistas" gritan y hacen demasiado ruído, también son muchas las personas que realmente conviven y comparten el sentido más amplio de la palabra convivencia. Pero yo sí entiendo cuál fue la intención de la política socialista y coincido en que hoy Ceuta, cómo ocurre en otros muchos pueblos de Europa, se inclina paso a paso hacia un sentido discriminatorio, por mucho que distintas fuerzas políticas ancladas en el espacio ideológico de la derecha quieran negar, por un simple interés electoral y de proteccionismo.

No hay comentarios: