Un mar de mentiras

En el mar son muchas las corrientes, especies y sentidos. Pero por mucho que le intentemos buscar un sentido no real nos encontramos en que el mar es salado y la vida es vida y como vida muere. Ello pasa en la vida real. A veces nos encontramos con que algún o alguna pez de ese mar intenta hacer ver un sentido que no existe pensando en que así jamás se podrá descubrir la auténtica verdad pero esa verdad es lo más simple que existe y como toda simpleza o como todo pez termine por ser pescado.

Hablar de la verdad en sí es muy subjetivo ya que todos y todas consideramos que somos valederos de la verdad más pura. ¿Quién no defiende su forma de ver el sentido del mar actual?. Sabiendo incluso que otro pez o grupo de peces tienen razón pero que pese a ello seguimos creyendo. La persona más abierta a ese mundo salado no es otra que la que la que analiza y no la que lo defiende sin reflexión alguna, tiene que disponer de auténticos ideales y sabiendo su función más leal cumpliendo su sentido como pez en una sociedad tentadora que no tiene que ser escusa puesto que como animales inteligentes no nos acercamos a la cueva y sí a la consciencia ética si no queremos que un pez mayor termine por acabar el camino de lo que tuvo que ser un echo honrado.