miércoles, 8 de junio de 2016

"Llevo más de 10 horas subido en la valla de Ceuta y quiero pedir asilo"

La inmigración vuelve a ser perceptible en nuestra Ciudad, como lo lleva siendo en Europa desde hace años. Hace pocos días hubo un nuevo salto de valla de decenas de personas con la esperanza de lograr su sueño. El atrevimiento de desafiar las concertinas pese a sabiendas de que serían devueltos a Marruecos de manera inmoral, tras ser intervenidos, nos permite darnos cuenta de la desesperación por llegar a tierras europeas.

Parece que la sociedad ceutí es pasiva e indolora ante los hechos que suceden a pocos kilómetros del centro urbano. Son cientos, sino miles, las personas que esperan una oportunidad para llegar al mundo que, como democrático y social, debería acogerles. Pero que equivocados están. Vivimos en una sociedad que ha sido perturbada en su escala de valores hasta el punto en el que se han insensibilizado el dolor de lo ajeno, mientras lo "mío siga vigente". Ceuta camina peligrósamente en el filo de la navaja, no puede ser ciudad de rechazo. Nuestra ubicación geográfica nos obliga a ser el puente necesario entre Europa y África, que ofrezca una vía de acceso a la dignidad de tantísimas personas. Ésto no ocurre, es justo al contrario, y la sociedad de Ceuta parece empezar asumirlo.

Tengo la sensación de que estamos ante una estrategía ideada por los más retorcidos gobernantes de la propia Comisión Europea. Trabajan en la creación de una ciudad fortaleza que les garantice una puerta infranqueable para la Europa del odio que ellos buscan. Condenan a miles de personas a vagar junto a la pobreza y las agresiones en territorio marroquí, pero además, permiten que Ceuta avance inquebrantable en la senda del paro, el fracaso escolar y la desesperación, que son ingredientes magníficos para generar el rechazo necesario al foráneo, al que definen como ´ladrón´ del Estado del Bienestar europeo.

Ésto no es Ceuta, no debe ser Ceuta, no puede ser España. Nuestro país debe imponer y ser referencia en la lucha por los Derechos Humanos. Trabajar en políticas inclusivas que proporcionen la dignidad que se merece cualquier ser humano, que desde luego, no es la actual. Ser guerreros de la justicia y no permitir el bloqueo incesante a la lucha contra la miseria y la frustración. La sociedad ceutí debe ser ejemplo, debemos ser ejemplo, y no dejar caer en la ´sombra´ del olvido el derecho fundamental, que debería tener desde su nacimiento cualquier ser humano, paz y dignidad. Llevan "demasiadas horas subidos en la valla de Ceuta y quieren pedir asilo", todos/a merecemos tener un futuro.

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