El Partido Socialista Obrero Español no para de
sorprenderme. Soy consciente de que el ambiente que se vive en Ferraz debe de
ser difícil de digerir, pero sus acciones y decisiones los conducen a un
espacio aún más alejado de su ideario político, y por tanto, de su propia
esencia. Escuchar a Pedro Sánchez hablar de “responsabilidad” asumiendo un
acuerdo que ofrece claras desventajas a las clases más necesitadas, es sin
duda, un nuevo paso atrás de un partido que no parece corregir sus errores,
sino que los repunta aún más.
La sesión de investidura sirvió para apuntar varios matices
muy interesantes. En primer lugar, que el Partido Popular y su líder, Mariano
Rajoy, se encuentra completamente en ´fuera de juego´ y su ocupación en la
bancada como líder de los “azules”, les coarta cualquier posibilidad de
Gobierno, ahora, o de aumento de escaños en unas futuras elecciones. Por otro
lado, como ya mencioné anteriormente, el
PSOE de Pedro Sánchez, volvió a mostrarse como un partido afín a lo establecido
por las élites económicas y financieras. Decidió no romper con lo que ha
llevado a nuestro País a una situación de injusticia social y desarme del
Estado del Bienestar.
Podemos tiene, según mi visión, dos líneas; una positiva y
una negativa. Me gustó la coherencia de Pablo Iglesias defendiendo el ideario
político que cinco millones de personas han votado. Demostró que no todo vale,
que la estabilidad llegará con la justicia y que un pacto con Ciudadanos, se
aleja de este posicionamiento. Lo negativo son comentarios como el que hizo
refiriéndose a Felipe González, “manchado de cal viva”. Pese a pensar que el
expresidente del Gobierno tuvo claras relaciones con el GAL y que el PSOE se lo pudo ganar hablando de los "muertos de la ETA", creo que mucha
gente de la que espera un cambio político de la mano de Podemos, sufre un
´shock´, cuándo no entiende el por qué palabras tan duras, ya que ningún medio hará mención al ataque ruin de Sánchez con las víctimas de ETA. Una
afirmación que pasará factura, que eclipsa un argumentario político fantástico al
nivel de lo que nos tiene acostumbrados, puesto que la caverna mediática ya está haciendo su trabajo.
Ciudadanos repartió elogios al PSOE, tendió la mano al PP,
criticó a su principal adversario, Podemos… El sr. Albert Rivera se comportó
como esperábamos todos. Los ´naranjas´ tienen un grave problema, y es que son
capaces de identificarse con cualquier color que mantenga el “establishment”. Son
capaces de enfundarse el azul o el rojo con demasiada facilidad. Tampoco es
demasiado extraño, cuando la camiseta roja tiene un claro tinte “azul-naranja”,
económica y laboralmente. No quiero pensar la tesitura de un votante de
Ciudadanos pensando que tipo de ideas está votando.
En definitiva, vivimos una sesión como se esperaba. Un
combate de boxeo entre fuerzas de cambio y fuerzas conservadoras. Un combate
que salvo sorpresa, llevará a los/as españoles/as a las urnas en junio, y que
entonces se vivirá una verdadera lucha por impregnar a España de justicia o de
liberalismo económico (PODEMOS+IU+CONFLUENCIA O PP+PSOE+CS).
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